Asociación de Madres y Padres

La participación de los padres y madres surgió en nuestro país como una aspiración social dentro de la corriente de normalización democrática de la vida española en la década de los setenta. Inspirada en un concepto de participación próximo al control y gestión de los centros, cercano a su vez al intento de garantizar la pluralidad y la permeabilidad democrática de la institución. La participación en un sentido más amplio, superando la concepción estricta de gestión y administración, es una conquista de la ruptura democrática y supone a la vez un índice de madurez ciudadana. Participar es unir esfuerzos, intercambiar información, aportar ideas, realizar una gestión conjunta, prestar apoyos, colaborar en el acercamiento escuela-sociedad, crear, en definitiva, una escuela democrática que exprese y consolide una sociedad democrática. Los padres y madres son partícipes preferentes de la educación de sus hijos e hijas. Formal o informalmente transmiten valores, actitudes, pautas de conductas, hábitos. La acción educativa de la familia, diseñada tradicionalmente para satisfacer las necesidades educativas de una sociedad con escasa movilidad y difícilmente permeable, debe complementar en la sociedad post-industrial la labor de la escuela, a la que se le encomienda el máximo desarrollo de la personalidad de sus alumnos y alumnas, la formación en el respeto y las libertades democráticas y la preparación para participar activamente en la vida social. El trabajo de la escuela y el de la familia están claramente imbricados, el uno está incompleto sin el aporte del otro y viceversa. En un modelo en el que se delegan las funciones educativas a la escuela, la participación de los padres y madres se limita a la elección de centro en consonancia con la ideología y creencias familiares. Un modelo especialmente preocupado por los aspectos técnicos y centrado en la instrucción del alumno, impedirá que los padres, menos preparados pedagógicamente, puedan participar. Limitará el papel de padres y madres a complementar –mediante visitas, charlas, materiales, talleres– el trabajo docente, o sólo se quedará en un aporte de recursos económicos. En un modelo alternativo, que asuma los comportamientos democráticos en todas las esferas de la actividad pública, que impulse una gestión participativa y un control democrático de los centros, no debemos preguntarnos qué pueden hacer las familias o los profesores separadamente, sino qué podemos hacer entre todos los integrantes de la comunidad educativa. No es una pérdida de poder, sino un deseo de trabajar por unos objetivos compartidos. Un modelo así, basado en la eficiencia y en la delimitación de funciones en un contexto cooperativo, puede y debe enriquecer el papel de toda la acción educativa.

Composición del Consejo Escolar

La permanencia en el Consejo Escolar es de cuatro años. Los miembros se eligen por y entre ellos, es decir, los padres eligen a sus representantes, los alumnos a los suyos y al igual lo hace el profesorado.
En los centros privados concertados, tal como establece la ley 12/1999 de 29 de abril, la composición del Consejo escolar será la siguiente:

• El director/a.
• Tres representantes del titular del centro.
• Cuatro representantes de los profesores.
• Cuatro representantes de los padres o tutores de los alumnos (uno de ellos designado por la asociación de padres más representativa del centro).
• Dos representantes de los alumnos a partir de 1º de ESO.
• Un representante del personal de administración y servicios.

Consejo Escolar actual

Atribuciones del Consejo Escolar

El Consejo Escolar del centro tendrá las siguientes atribuciones:

• Formular propuestas al equipo directivo sobre la programación anual del centro y aprobar el proyecto educativo, sin perjuicio de las competencias del Claustro de profesores, en relación con la planificación y organización docente.
• Elaborar informes, a petición de la Administración competente, sobre el funcionamiento del centro y sobre aquellos otros aspectos relacionados con la actividad del mismo.
• Participar en el proceso de admisión de alumnos y velar para que se realice con sujeción a lo establecido en esta Ley y disposiciones que la desarrollen.
• Aprobar el reglamento de régimen interior del centro.
• Conocer la resolución de conflictos disciplinarios y la imposición de sanciones y velar por que éstas se atengan a la normativa vigente.
• Proponer las directrices para la colaboración, con fines educativos y culturales, con otros centros, entidades y organismos.
• Analizar y valorar el funcionamiento general del centro, la evolución del rendimiento escolar y los resultados de la evaluación que del centro realice la Administración educativa.
• Ser informado de la propuesta a la Administración educativa del nombramiento y cese de los miembros del equipo directivo.
• Proponer medidas e iniciativas que favorezcan la convivencia en el centro, la igualdad entre hombres y mujeres y la resolución pacífica de conflictos en todos los ámbitos de la vida personal, familiar y social.
• Cualesquiera otras que le sean atribuidas por la Administración educativa.

¿A qué tiene derecho todo miembro de un Consejo Escolar?

En todo órgano colegiado corresponde a sus miembros:

1. Conocer la convocatoria conteniendo el orden del día de las reuniones. La información sobre los temas que figuren en el orden del día estará a disposición de los miembros en igual plazo.
2. Solicitar la convocatoria del Consejo, siempre que la respalde un tercio de sus miembros.
3. Participar en los debates de las sesiones.
4. Ejercer su derecho al voto y formular su voto particular, así como expresar el sentido de su voto y los motivos que lo justifican. No podrán abstenerse en las votaciones quienes por su cualidad de autoridades o personal al servicio de las Administraciones Públicas, tengan la condición de miembros de órganos colegiados.
5. Formular ruegos y preguntas.
6. Obtener la información precisa para cumplir las funciones asignadas

Renovaciones

• Calendario de fechas
• Listado definitivo de candidatos